Edie pasa consulta en el Gabinete

Gilgamesh ha comenzado ya su colaboración con la artista alicantina Vera Lebrón. Vera es, válgame el tópico, una artista polifacética que en una sesión de trabajo lo mismo te canta con alma de blues que te baila o te interpreta a la inocente y luego depravada Edie Sedgwick.

Edie, además del título de la pieza es el nombre de la que fuera musa de Warhol. Una jovencita californiana venida a diva neoyorquina en plena ebullición de la Factory y que acabaría hecha un Cristo por los excesos de la fama, las drogas, y una personalidad frágil y manipulable.

La pieza Edie, ya ha sido estrenada en dos formatos. Uno de mayor tamaño que cuenta con una banda de rock en directo y un formato pequeño en el que actúa ella sola. Vera me ha pedido que la acompañe en el desarrollo del solo y en eso estamos.

El trabajo se está centrando en estas primeras sesiones en la interpretación: en recobrar el placer del juego, en romper la cuarta pared, ganar en inmediatez y cercanía entre el personaje y el público.

Este trabajo que tiene que ver con el juego y el disfrute está desembocando en la búsqueda de los aspectos más luminosos de la modelo y actriz estadounidense. La historia de Edie refleja la narrativa arquetípica del ‘Viaje y retorno’ según las categorías de Christopher Booker, según la cual la heroína cae en un mundo ajeno y fantástico, al estilo de Alicia en el País de las Maravillas o Robinson Crusoe. El propósito de este arquetipo es mostrar a un individuo enfrentarse al mayor desafío: atravesar un mundo desconocido con su limitada consciencia y realizar la transformación necesaria para que su verdadero yo emerja en paz con su parte intuitiva y con el mundo.

Al principio del viaje, al llegar a New York, Edie posee una personalidad luminosa, encantadora y fascinante incluso para Andy Warhol. Más adelante, la diva deberá encontrarse cara a cara con los aspectos más oscuros de su ser que emergerán gloriosos y aberrantes. Estas cualidades pertenecen a un registro interpretativo más accesible para Vera así que de momento jugamos a encontrar la inocencia, la naturalidad, ¿el clown?

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